GONZALO AHIJADO
Con 21 años sin saber que quería hacer con mi vida dejé mi pequeño pueblo de Segovia para irme a vivir a Londres. Allí trabajé fregando platos, haciendo camas en hoteles y cocinando hamburguesas para una conocida cadena de comida rápida.
En 2014 decidí mudarme de vuelta a España, pero no de un modo cualquiera, sino en bicicleta. Acompañado de mi amigo Oscar a quien había conocido en el trabajo. Así hicimos Londres – Paris – Madrid cargados como mulas con unas bicis que se caían a trozos y una tienda de campaña a la que le entraba el agua si llovía.
En 2015 y 2016 me tocó volver a casa de mis padres para intentar sacar mis proyectos y emprendimientos adelante. Mientras tanto hacía viajes de persona normal: en pareja y con amigos. Pero finalmente mis proyectos para poder vivir viajando iban tomando forma y al finalizar el año, me di de alta como autónomo.
En 2017 recorrí el Danubio en bicicleta desde la Selva Negra al Mar Negro pasando por 9 países e innumerables anécdotas. Fueron miles de kilómetros pedaleando y viendo el contraste de pasar de una Europa más occidental a ir adentrándose poco a poco hacia Europa del este.
En 2018 dejé la casa en la que vivía con mi amigo Hugo y me fui a recorrer los 66 pueblos más bonitos de España en una vieja furgoneta que había camperizado con una cama y poco más. En aquel entonces no tenía ni fregadero. Me las apañaba como podía y me duchaba calentando agua en una cacerola, pero los pueblos que conocí fueron increíbles.
En 2019 me fui a recorrer España y Portugal en una pequeña moto de 125 con intención de llegar a los cabos cardinales de la península ibérica. Lo más al norte, sur, este y oeste. Recorriendo más de 5.000 kilómetros, sufriendo un accidente en el viaje, pero logrando terminar y con muchas ganas de volver a viajar en moto. Unas semanas después, llegando el invierno, embarcaba en Huelva con la furgoneta Camper destino Canarias. La idea era vivir en la furgo mientras iba recorriendo las 8 Islas.
En 2020 llegó la pandemia y mi viaje por las Islas Canarias se vio truncado a mitad. Me quedé “atrapado” durante una semana en un parking sin poder moverme y metido dentro de la furgoneta. Lo pasé mal al no tener ducha ni poder ponerme de pie, y la policía acabó escoltándome hasta un centro para personas sin hogar, así que finalmente viendo que la cosa se complicaba y se alargaba, no quedó otra que volver a la península con mi familia una vez más. En ese momento me dije que no me podía volver a pasar algo así, si quería vivir en un vehículo tenía que ser un vehículo bien equipado. Así que el confinamiento que nos tuvo a todos parados fue el momento perfecto para hacer algo original: rifar mi furgoneta camper y cambiarla así por una autocaravana.
En 2021 volvieron los viajes, y los míos volvieron a lo grande, me fui a hacer el descenso del río Duero en kayak, desde su nacimiento en Soria hasta su desembocadura en Oporto. Fue mi mayor aventura, mi mayor reto logístico y mental, en el que me enfrenté a todo tipo de desafíos como árboles, rápidos, presas, e incluso caías al agua, pero contra todo pronóstico, lo logré, llegando a remo hasta el Océano Atlántico.
En 2022 quise retomar el viaje que dejé a mitad por la pandemia: “Recorrer todas las Islas Canarias” y volví, pero esta vez en autocaravana, sin embargo, una vez más dejé el viaje a mitad al hacer muy buenas amistades y cambiar por ello de planes, retornando a algunas de las Islas que ya había visitado anteriormente en Furgoneta.
Acercándose el verano y regresando a la península, camino de Segovia, me reventó una rueda en autopista y dejó la autocaravana varios meses en el taller, siendo la excusa perfecta para volver a viajar de forma simple: terminé de preparar un pequeño coche camper con una cama y poco más, y junto con mis amigas Carol y Gemma que viajaban en su furgo, nos fuimos a recorrer 9 países de Europa destino Polonia, donde nos esperaba nuestra amiga Ola.
Después de eso pasé a alago más sencillo todavía, metí todo lo que necesitaba para vivir en una mochila y me fui a cruzar Los Pirineos andando, desde el País Vasco hasta Cataluña con intención de hacer más de 800km por montaña. El desafío físico más duro al que me he enfrentado jamás y que no fui capaz de completar porque una gastroenteritis me tumbó a mitad de camino.
En 2023 recuperé la autocaravana y por tercera vez embarqué para pasar el invierno en Canarias, donde finalmente terminé de conocer las islas que me faltaban, dado por concluido mi viaje con la ascensión al Teide, punto más alto de España con 3715 metros de altura.
Ahora me encuentro a punto de empezar un viaje en moto de 125cc con intención de llegar al punto más al norte del continente europeo por caminos, Cabo Norte (Noruega). Todo un desafío que está generando mucha expectación por saber si seré capaz de llegar o no y qué tal me irá una vez que entre en el círculo polar.